Todos hemos tenido que sufrir alguna vez una entrevista para optar a un puesto de trabajo. La espera, el no saber como actuar –demasiado serio o demasiado risueño-, el intentar controlar los nervios ante la oportunidad que tenemos ante nosotros, en fin, todo colabora a descentrar al más pintado. Por ello, intentaremos aquí brindar algunas ideas para causar buena impresión a nuestro futuro jefe.
Para empezar debemos pensar en positivo. Mentalizarnos de que, si no conseguimos el trabajo, no se va a acabar el mundo. Tendremos otras oportunidades. Además, quizá este trabajo no sea tan bueno como pensamos. Por tanto, ¿para qué ponerse nervioso?
Por otra parte, en cualquier entrevista, la primera impresión es vital. Para causarla, debemos ir bien vestidos, mirar a nuestro interlocutor a los ojos y estrecharle la mano sin languidez, aunque tampoco se trata de hacerle daño.
A lo largo de la entrevista, debemos mantenernos sonrientes. Esto no quiere decir que sonriamos ante cualquier cosa –pareceríamos tontos-, sino que consevemos una expresión afable.
Ante una pregunta complicada, démonos un breve momento para pensar nuestra respuesta. No debemos parecer dubitativos, pero tampoco debemos contestar lo primero que se nos ocurra.
En caso de que se nos pregunte –caso frecuentísimo- por nuestro anterior empleo, nunca debemos hablar mal de él ni de la empresa para la que trabajábamos. Nadie quiere contratar a una persona que, si un día se marcha o la despiden, va a ir por ahí pregonando las maldades de su empresa.
Cuando el entrevistador acabe con sus preguntas, no está de más ofrecernos a contestar cualquier otra duda que tenga sobre nosotros. Demuestra aplomo, experiencia y, además, dejamos la pelota en su tejado. Si le pilla desprevenido, puede que hable más de la cuenta y salgamos sabiendo si hemos pasado o no la entrevista.
También resulta conveniente preguntarle a nuestro entrevistador por su empresa. Ellos quieren contar con nosotros, pero nosotros tenemos el derecho a saber en que lugar vamos a trabajar. No está de más interesarnos por el tipo de trabajo que desempeñan o si su negocio es nacional o internacional. Así, demostraremos interés por ella. Y, en este sentido, tampoco es perjudicial preguntar con discreción cuanto nos van a pagar. Existen teorías que señalan que esto debe evitarse a toda costa y es indudable que no debe interrogarse de modo brusco, pero, si no lo preguntamos, corremos el riesgo de parecer tontos porque todos trabajamos por dinero. Además, tenemos derecho a saberlo.
Estos consejos no son infalibles, pero sí pueden ayudarnos. Si no conseguimos el empleo, no debemos desesperarnos. Habrá otras oportunidades.
Fotos: Trabajo administrativo: Stunteltje en Wikimedia | Operario trabajando: Solipsist en Wikipedia
maxy
ok….Probaré estos consejos acabo de salir de la secundaria y dentro de poco tendre mi primer entravista de trabajo, espero esto me sirva…
GRACIAS!!!
kelly
are lo q dicen aver si puedo controlar mis nervios.. yo soi una chica un poco timida, mientras q voi agarrando confianza se me pas ala timides, siempre suelo ponerme roja o qizas temblar como idiota XD!! ojala esto funcione n.n