Estamos acostumbrados a leer las biografías de escritores románticos cuya vida, generalmente breve, acumula conspiraciones, amoríos y rebeldía para terminar en el suicidio. Lo que ya no es tan frecuente es que quién acapare todos estos elementos en ella sea un matemático.

Una caricatura de Évariste Galois
Pero también los hubo. Y es que el ideario del Romanticismo alcanzó a toda la sociedad. Un perfecto ejemplo de ello es el francés Évariste Galois (Bourg-La-Reine, 1811-1832), quién, siendo aún estudiante de Secundaria, descifró un problema que había vuelto locos a los matemáticos durante más de un siglo: cómo resolver ecuaciones polinómicas por radicales.
Y eso que Galois, hasta poco antes, no había mostrado especial interés por las matemáticas. Sin embargo, cuando entró en contacto con ellas, quedó absolutamente fascinado. No obstante, ello no le impidió llevar una vida romántica.
Nacido en el seno de una familia acomodada y de marcada ideología bonapartista, Galois heredó la oposición al Absolutismo de la Restauración borbónica en su país, primero en la figura de Luis XVIII y, más tarde, en la de Carlos X. Por ello, participó en la Revolución de 1830 que derrocaría a éste último. Sin embargo, su ideología republicana fue aplastada al arribar al trono otro Rey –en este caso más liberal-: Luis Felipe de Orleáns, a la sazón, hijo del famoso Felipe ‘Igualdad’. De este modo, daría con sus huesos en la cárcel a causa de un desafiante brindis en nombre del Rey pero cargado de ironía.
No obstante, no adelantemos acontecimientos. Para entonces, Galois ya había sido rechazado en dos ocasiones –más por su rebeldía que por su falta de conocimientos- de la prestigiosa Escuela Politécnica, aunque, más o menos al tiempo que se presentaba al examen, la Academia de Ciencias estuviese estudiando su trabajo sobre la teoría de grupos y también hubiera ya publicado diversas obras matemáticas.

Liceo Louis-le-Grand, donde Galois estudió la educación secundaria
En cualquier caso -retomando nuestra historia-, Galois pasaría ocho meses en la cárcel. Inicialmente había sido absuelto pero el incorregible joven cometió otro desplante y fue de nuevo detenido.
En prisión continuó trabajando febrilmente en sus investigaciones y contactó con el prestigioso matemático Siméon Denis Poisson, que le recomendó que volviera a presentarlas a la Academia.
De la cárcel saldría para afrontar un duelo. No se sabe muy bien el motivo. Las malas lenguas especulan con un lío de faldas. Otros hablan de cuestiones políticas. El hecho es que Galois caería muerto en ese enfrentamiento. Tan sólo contaba veintiún años pero la matemática moderna –incluso los sistemas de navegación actuales- le debe mucho.
Fuente: Jet.es.
Fotos: Caricatura de Galois: 3:19 en Flickr | Liceo Louis-le-Grand: Pline en Wikimedia.